Blogia
wueyblog

wueso rotado

Como ven voy empezando con esto y me gustaría comenzar por contarles algo una pequeña y breve anécdota que me ocurrió ayer en al noche, al no aguantar el dolor de mi tercer metacarpo derecho.

Asi que ahí te voy a traumatología del seguro social. De entrada tenias ke formarte en una ventanilla atendida por una ruca de bigotes lesbicos gay que luchaba por kitarse de los dientes una masilla de la torta de huevo sin chorizo que se estaba tragando. Cuando ya mero la ruca me hacia caso, entro hecha la chingada una camilla con un escuincle con una balota calibre .38 oficial en la columna vertebraica, regalo de un agente judicial de nuestra sacrosanta y emputecida fuerza publica: “ Es que andaba pedo y me puse a jugar tiro al blanco, ¡ha, ja-ja- ja-ja!, que buen puntacho” declararía mas tarde el marrano a un agente del MP, quien meneando la cabeza dijole: “ Ándale pues, ya vete, pero que no se repita.... ¿eeee?”, ¡Carajo!, eso es lo que llamo justicia.

Todo mundo corría, subía y bajaba en el seguro, y yo ahí, como pendejo, con mi manita desconchabadita formado en la ventanilla. Cuando al fin me iba a hacer caso la puerca de ingresos, llego un guey con un brazo colgando gacho de un tendoncito. La sangre brillaba chido de mojada en la sabana que cubría de los mirones (como yo) al pobre desbrazado. Con su mas mejor castellano, dona Arpia de ingresos apunto en una hoja llena de huellas digitales de torta encebada: “Erida por machetazo en extremidad superior derecha con biseccionamiento expuesto del humero a causa de riña domestica por razones asta ora no indicadas por el interfecto”.

¡Chale! Y mas me dio rete harta vergüenza de estar ahí, en medio de esa pila de moribundo estilo crematorio de Auschwitz (pura gravedad neta), y yo con mi mamadora batea de babas de guesin rotado. Ya me estaba dando la vuelta para abrirme a la chingada, cuando la cerda con bigotes de idem y gesto de estar oliendo mierda en sus narices me grito: “Orale, señor, dígame a que vino que no tengo su tiempo”.



-¿Señor? ¿Yo? Pinche vieja ignorante como se ve que no me conoces ¡joven!, joven y además uno de los mas codiciados de Reynosa- iba a contestarle, pero mejor le barbotie apenado: “Creo que tengo una fracturita aquí......”

A la voz de ¡ora, pásele! Me llevaron a aventones a un cubiculo a su ves subdividido en otros tres mediante biombos color verde con manchones de benzal y almidoneces estilo carlzon-robado-a-tu-vecina-pa-chaquetear-nabo-mocoso. Lo mas rico de esos lugares es el olor a formol (como de laboratorio de biología en la secu) que se mete por los senos nasales como alambres comezonudos y te pones chido cual tiner con aguarrás (como en el taller de carpintería en la misma inmunda secun). Pero, en entrando a mi cubi-culo del terror, el hornazo formoleano se recambio por un perfumito agrio dulzor como de merengue podrido, sangre, ¡era sangre! Una pinché laguna de sanguaza en el piso, con un como cuerito encima a medio coagular, salvo por un derrapon de tenis que, se veía, mandara al linoleum a un practicante en medicina. Mas sangre escurría como lactita de una camilla jedionda sobre la que descansaba un serrucho, un chingo de algodones costrudos y frescos, y una lata de chiles en vinagre la costeña, por tercera vez estaba a punto de pintarme a la guata burger cuando entro un cabron de bata y pantalones blancos. En la nalga izquierda traía un sangrazo como de IMP (incontenible menstruación primeriza). “¡chale! Este guey fuel el que se resbalo en la sangria”, me dije de chiste pero no me reí porque aquel culero me mando sentar junto a la segueta rompe huesos.

-Con que te rajaste un metacarpo de la mano—me dijo con dicción del siglo XVIII.- seguro fue en una peda con putazos ¿por lo menos le rompiste la madre al otro?-

y ¡saco la caca! Yo bien putote no le dije que me lastimo mi vieja cuando me quería tronar un dedo y no me deje. No: le hable de una salvaje lucha por lavar mi honor, y donde cierto enemigo de cagada había mordido el polvo de mi verga. Y me sentí muy hombre ahí, mintiendo en medio de tanta sangre, miente que miente cual secretario de gobernación priyista puta madre.



Tons, haciendo alarde de la mas alta sabiduría y técnicas medicas, el aspirante a doitor me pidió que lo saludara con un apretón de manos. “Mas fuerte”, me pedia, “¡apriétame mas fuerte!”. Y yo, cual puta de la zona roja, apriete que aprieta sin de veras apretar con mi mano de palma chaketosa. “No tienes nada”, concluyo, “tomate una de estas naproxen cada seis horas y en tres días vas a poder lavar tu honor de nuez” a guevo guey eso es lo que quería escuchar que mi hueso es taba chido , pero, ¡cual! Todo se desvirgo dentro de mi dentro de mi. Cada que me recargo en el dedo grande me dan ganas de vomitar y el crujidero como de astillas no se me quito por mas que practico nuevos saludos, me ago pendejo (¡no es nada, no es nada) y ago un silencio culerote cada ke saludo a alguien.

1 comentario

THE KING -

NO SEAS MENTIROSO Y YA NO LE JALES EL PESCUEZO AL GANZO